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Estudiante UIS diseña caminador para mascotas con movilidad reducida

Karen Daniela Rangel junto a su perrita Luchi, para quien creó el caminador canino.
Karen Daniela Rangel junto a su perrita Luchi, para quien creó el caminador canino.

Nacer sin sus extremidades delanteras no ha sido un impedimento para que «Luchi», una perrita criolla de 1 año de edad, corra, juegue y sea la mejor compañera para su familia humana, todo ello gracias al ingenio y creatividad de la estudiante UIS Karen Daniela Rangel. 

«Luchi» fue la única hembra de una camada de 8 perritos, de los cuales 5 nacieron normales y 3 con este defecto genético. Sin embargo, el buen corazón de su familia adoptiva ha permitido darle un hogar digno que comparte con otras mascotas, entre las que se cuentan perros, cacatúas y gatos. 

Karen Daniela Rangel junto a su familia y cinco perritos.
Karen Daniela Rangel junto a su familia y cinco perritos.

Roxana Cativiela junto a su esposo e hijos le abrieron un espacio a «Luchi» en su hogar, pese a las exigencias y retos que implicaba su discapacidad.

«La recibimos con 21 días de nacida, por lo cual tocó ayudarla con tetero y desde cero enseñarla, la dificultad la encontramos al momento de salir a pasear y fue así como a través de Karen Daniela Rangel, estudiante de sexto semestre de Ingeniería Electrónica, logramos un dispositivo que a sus 11 meses ya logra manejar sin problema gracias a que ella me siguió la idea y me apoyó con la creación del dispositivo», recuerda la comunicadora social, Roxana Cativiela. 

Aunque en el mercado existen opciones, al tratarse de las patas delanteras el dispositivo requiere un soporte adicional que es el que da estabilidad y fue así como Karen Daniela, junto a su padre, Luis Alberto Rangel, se dieron a la tarea de diseñar, construir y hacer posible que «Luchi» tuviese movilidad. 

«Me gustan mucho los animales, y por eso cuando mi mamá me contó el caso de Roxana con su perrita, no dude en involucrarme para lograr que tuviera movilidad», dijo Karen Daniela Rangel. 

La inquietud, el ingenio, pero sobre todo la vocación de servicio que caracteriza a los estudiantes de la UIS, fueron los insumos que junto a los años de formación universitaria marcaron la pauta para que Karen Daniela recurriera a su inquietud y amor por los animales, para concretar esta idea, sobre lo cual expresó: «siempre me ha gustado trabajar en este tipo de proyectos, soy una persona muy curiosa, me gusta armar cosas y siento que desde la Universidad, gracias a la formación que recibo en mi carrera, logro un amplio campo de trabajo y a partir de ello el conocimiento para ejecutar una idea». 

Para Roxana Cativiela, quien se desempeñó como comunicadora social del Instituto de Proyección Regional y Educación a Distancia, IPRED-UIS, el estudiante de la Universidad Industrial de Santander tiene un sello adicional: la búsqueda de “lo que no sé… consigo cómo hacerlo” y ese interés en ayudar, en servir, es lo que se convierte en un “gana – gana” para todos, el saber que aquí en Santander contamos con una Universidad como la UIS, donde los estudiantes se esfuerzan para lograr alcanzar su carrera y hablo desde todos los ámbitos, porque estudian, trabajan y se las ingenian para conseguir resultados». 

«Como familia, Luchi nos ha enseñado mucho, nos ha dejado asombrados porque uno como ser humano, teniendo todas sus capacidades, habilidades y demás, pero somos nosotros los que nos colocamos límites, entender que la necesidad nos hace actuar y alcanzar nuestras metas, ella ya sabe subir escaleras, se integra con cualquier especie y su carácter es muy especial, por eso es muy consentida, es una luchadora y por ello su nombre, cada día nos asombra con las cosas que logra y eso nos hace muy felices», puntualizó Roxana Cativiela.