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La actividad física y sus beneficios para una buena salud mental

La neuro plasticidad del cerebro y cómo esta influye en el estado de ánimo de las personas como un factor protector de enfermedades neurológicas y los beneficios de la actividad física en la salud mental, fue el tema central de la séptima sesión de Cátedra Low Maus, liderada por Alejandra Franco y Jorge Buitrago, profesores del departamento de Deportes.

Los expertos mencionaron que la actividad física se debe desarrollar de manera significativa, planificada y con fines específicos pata tener mayor impacto en la longevidad del cerebro, pues de esto propende el nacimiento de nuevas células cerebrales y el mejor funcionamiento de la memoria.  El deporte, de manera constante y con un fin específico, ayuda a la plasticidad cerebral, la cual mejora la adaptación a los cambios del entorno otorgando mejores respuestas físicas, emocionales y cognitivas de las personas.

El deporte favorece los aspectos anatómicos del cerebro, pues mejora la corteza prefrontal, dando mayor volumen al hipocampo, parte fundamental para la plasticidad cerebral; en lo psicológico, mejora notablemente el estado de ánimo, gracias al aumento de la producción de la serotonina, y en lo cognitivo, mejora la memoria a largo plazo, la concentración y la atención, facilitando los procesos de aprendizaje.

Estimulación de la neuro plasticidad

De acuerdo con la doctora Franco y el profesor Buitrago, para estimular la neuro plasticidad se debe realizar actividad física, cambiar de rutinas, realizar actividades al aire libre y adquirir nuevas habilidades. Se recomienda destinar un tiempo semanal, mínimo dos veces a la semana, en cada sesión un tiempo establecido y cuidar las horas de sueño.

En la segunda parte de la sesión, la cual estuvo a cargo de la profesora Sandra Milena Fontecha, psicóloga clínica y terapeuta familiar, compartió el tema de espiritualidad y salud mental. La profesora Fontecha relacionó la espiritualidad como un factor importante en los ámbitos terapéutico y psicológicos, pues a medida que se reconoce a la persona como un ser integral, también se reconoce la vitalidad que tienen las creencias en sus aspectos emocionales.