Icono de atajos

Usar adecuadamente el tapabocas disminuye el riesgo de contagio. Profesora UIS lidera informe científico

Imagen Laura Rodírguez. PhD en epidemiología
Imagen Laura Rodírguez. PhD en epidemiología

Ante la nueva ola de contagios de COVID-19, generada por la variante Ómicron, dos profesionales de la salud reiteran algunas orientaciones específicas sobre el uso de las mascarillas o tapabocas, como medida preventiva para evitar la transmisión del virus SARS-CoV-2 y dejan en evidencia que no es momento de bajar la guardia

Es así como la médica Laura Rodríguez, PhD en epidemiología y profesora del Departamento de Salud Pública de la Universidad Industrial de Santander (UIS), en un trabajo conjunto con miembros del Nodo de Salud Ambiental y Ocupacional (SAO) de Colombia, y el médico Leonardo Briceño Ayala, profesor de la Universidad del Rosario, dieron a conocer algunas orientaciones específicas sobre el uso correcto de las mascarillas.

“A pesar de que vamos a completar dos años de pandemia, muchas personas aún no saben dar el uso adecuado al tapabocas; otras ni siquiera lo usan. Recordemos que el virus sigue entre nosotros y es deber de todos cuidarnos, tanto individual como de manera colectiva”, expresó la médica Laura Rodríguez.

Uso consistente y adecuado de la mascarilla

La principal transmisión del virus se da por los aerosoles presentes en el aire. Las mascarillas son un mecanismo de prevención del contagio, porque reducen la diseminación y la inhalación de aerosoles y por tanto la transmisión de COVID-19 por el aire. Por ello, se debe usar en todos los lugares al estar fuera de casa o dentro de la casa, si convive con alguien con síntomas.

La mascarilla debe cubrir nariz, boca y mentón, estar bien ajustada y se debe manipular solo desde las tiras y no desde la superficie de la misma.

N95: tiene la capacidad de filtrar al menos el 95% de todos los aerosoles de diferentes tamaños.

FFP2: tienen una capacidad de filtración aproximada del 94% de las partículas aéreas.

Las ventajas de estos dos tipos de respiradores consisten en una muy buena filtración del aire circundante y un sello facial apropiado que ofrece protección a las personas expuestas y disminuye la dispersión de partículas virales procedentes de las personas contagiosas.

KN95: es la versión fabricada en China de respiradores de filtración del 95%. Se debe tener cuidado con las copias falsas que no ofrecen adecuada protección.

KF94: es una mascarilla de fabricación surcoreana con una filtración al menos del 94%.

En trabajadores de la salud las mascarillas N99, FFP3, N95 y FFP2 son las más ampliamente recomendadas y su uso en la mayor parte de los países desarrollados es la norma por las características de eficiencia mencionadas.

Mascarillas quirúrgicas: las mascarillas quirúrgicas ofrecen una filtración de aerosoles en el rango del 70% -80% que es variable al no estar estandarizadas.

Mascarillas de tela: Las mascarillas de tela tienen la menor o nula capacidad de filtración de partículas. Aún con las mejores que incluyen 3 capas la capacidad de filtración de partículas virales esta entre el 0 y el 25%. Ajuste de la mascarilla: debe cerciorarse de que la mascarilla se adhiera a su cara cuando toma aire (inhala) y se expanda cuando expulsa el aire (exhala). Al exhalar el aire, usted no debe percibir aire en los ojos y por tanto no debe producirse el reflejo de parpadear. Si parpadea al exhalar es porque tiene escape de aire.

¿Cuál mascarilla se debe usar?

Depende del lugar y el tipo de actividades que se vaya a desarrollar. Para realizar actividades al aire libre (exteriores), en la que usted no va a tener contacto cercano con otras personas, el uso de mascarillas quirúrgicas o de tela puede ser una opción aceptable.

Para realizar actividades en espacios cerrados (espacios en ambientes interiores como espacios laborales, educativos, comerciales o de esparcimiento) la recomendación es usar mascarillas de alta eficiencia con mayor filtración. Además, continuar con el esquema de vacunación, evitar espacios cerrados y con poca ventilación, aislar personas sintomáticas o asintomáticas en contacto con un caso positivo, siguen siendo las principales recomendaciones de los expertos.