La Inteligencia social, el autoconocimiento, la empatía y el manejo positivo de la soledad son aspectos que debe manejar la juventud.
Durante la cuarta sesión de Cátedra Low Maus, la cual estuvo a cargo de la profesora Johanna Esther Balaguera, docente de la Facultad de Ciencias Humanas y terapeuta de familia, enfatizó en la inteligencia social, la importancia de las habilidades humanas que se desarrollan en el transcurso de la vida -habilidades sociales, personales, emocionales e intelectuales-, las cuales deben tener un equilibrio para alcanzar un bienestar verdadero. Dentro de este bienestar se habla de la salud mental como eje fundamental en el desarrollo integral de las personas.
Se hizo referencia a que todas las personas, y en general la comunidad, deben desmitificar la idea de que la salud mental es un tabú y que este tema no debe ser abordado con normalidad; por el contrario, es importante reconocer que la salud mental tiene aspectos sociales y personales, que son claves para establecer habilidades para la vida. La expositora clasificó dichas habilidades de esta forma: Manejo de emociones, las cuales permiten controlar las emociones, ayudan a relajarse y calmarse ante un problema, de manera que se pueda pensar y resolver la situación sin estrés ni enojo; Sociales, son aquellas habilidades que permiten el relacionamiento con los demás y tener conversaciones fluidas y agradables con familia, amigos y compañeros; Pensamiento, habilidades que ayudan a identificar diferentes soluciones ante los problemas y tomar decisiones asertivas para afrontarlas.
Se estableció la importancia del autoconocimiento para identificar realmente cómo nos sentimos cada día, establecer una relación interna y tener una conexión personal que permita tomar buenas decisiones en cada situación de la vida. Para la doctora Balaguera, al reconocernos podemos identificar las fortalezas y debilidades personales, para así pedir ayuda cuando sea necesario, y cuidar aspectos emocionales y mentales. También se estableció que es necesario saber que podemos utilizar el “no” cuando reconocemos que no estamos con capacidades o habilidades para realizar actividades laborales, sociales o académicas, de tal forma que no nos sobrecarguemos ni generemos malas relaciones con los demás.
En la sesión se dieron algunas recomendaciones para el autoconocimiento, como la relajación y la meditación, así como compartir tiempo con uno mismo con actividades del disfrute personal, ir al cine, escuchar música, leer, pintar, escribir, entre otras, de tal forma que sean muy personales, dando paso a una soledad positiva, ya que esta permite establecer una conexión interior. Dentro de esta reflexión, se invitó a los asistentes a pensar en la soledad desde una perspectiva asertiva, no tenerle miedo a estar solo y aprovecharlo como un espacio de interioridad. Es necesaria la soledad pues fortalece el concepto de individualidad, ayuda a construir las propias relaciones y pensar nuevamente en el niño interior que cada uno tiene.
Finalizando la sesión, se enfocó en la empatía como el reconocimiento verdadero del otro, estar allí para los demás, preguntando lo que necesitan y establecer un diálogo crítico, y de esta forma solucionar conflictos de manera positiva.
La expositora mencionó la regla ética moral UBUNTU, la cual originó desde las herencias africanas “Soy porque tú eres. Eres porque somos”, y es una práctica de conectar con los demás. Es la posibilidad de pertenecer a los demás desde una individualidad.