La Agrupación Enkelé fue el centro de atención en el reciente Festival de Jazz de Nueva Orleans. Este grupo, conocido por su enfoque único en la utilización de bailes cantados para abordar y sanar las heridas del conflicto armado en Colombia, recibió un reconocimiento especial por su contribución significativa a las víctimas de la violencia.
Desde sus inicios en 2018, Enkelé ha trabajado incansablemente a través de su arte para no sólo entretener, sino también para iluminar las realidades a menudo silenciadas del conflicto colombiano. Su actuación en uno de los festivales más emblemáticos del mundo del jazz no fue solo un momento de celebración artística, sino también un acto de justicia social.
La pieza central de su reconocimiento fue la presentación del artículo titulado “Cantando la verdad al poder: justicia transformadora (de género), espacialidades musicales y performance creativa en períodos de transición desde la violencia,” en la Revista Security Dialogue, un estudio detallado que resume tres años de investigación artística-activista. Este documento no solo destaca la metodología creativa aplicada por la agrupación, sino también su impacto palpable entre las comunidades afectadas por el conflicto.
El trabajo de Enkelé ha mostrado una luz sobre cómo la música y la danza pueden ser herramientas poderosas para el empoderamiento y la curación. En su enfoque, la justicia de género y la transformación espacial juegan roles fundamentales, ofreciendo nuevas dimensiones a la comprensión de cómo la cultura y el arte pueden influir en periodos de transición política y social.
El Festival de Jazz de Nueva Orleans, conocido por su celebración de la diversidad y la creatividad, proporcionó el escenario perfecto para este reconocimiento. La actuación de Enkelé y la presentación del estudio subrayaron la relevancia de la música como forma de diálogo y cambio social, resonando con una audiencia global que valoriza tanto la calidad artística como la profundidad del mensaje.
Este reconocimiento a la Agrupación Enkelé es un testimonio del poder de la música y del arte en la lucha global por la paz y la justicia. A medida que continúan su misión, su impacto sigue resonando mucho más allá de las fronteras de Colombia, inspirando a otros artistas y activistas a seguir un camino similar en sus propias comunidades.