Para analizar la construcción política de los espacios naturales protegidos en Colombia y debatir sobre el modelo de producción y protección que debería implementarse, las universidades Industrial de Santander y de Valencia (España), realizaron una jornada técnica sobre la Reserva Natural La Llanada, ubicada en el municipio de Concepción (Santander), soportada en las investigaciones realizadas por los programas de Ingeniería Forestal y Zootecnia.
“Tuvimos una jornada académica muy especial sobre la Reserva de la Sociedad Civil La Llanada, contamos con la presencia de invitados desde España, un profesor geógrafo y estudiantes de una carrera que se llama ciencias ambientales, vinieron a conocer la reserva y a trabajar un proyecto sobre senderos ecológicos. Hablamos de temas de gran impacto como flora, fauna, producción sostenible y apicultura” afirmó el ingeniero forestal y magister en Bosques y Conservación, Diego Suescún, profesor del programa Ingeniería Forestal, en la sede UIS Málaga.
Por otra parte, Luis del Romero Renau, doctor en en Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor de la Universidad de Valencia (España), en el área de manejo ambiental, conflictos ambientales y ordenamiento territorial, destacó la riqueza natural de la reserva y exaltó la investigación y publicación de material que haga visible esta región para el mundo.
“Viniendo desde España nos sorprendió la enorme diversidad, riqueza ambiental, cultural que tiene la provincia de García Rovira, que tiene Santander, contrastado con las pocas publicaciones, el poco conocimiento por lo menos al alcance del público amplio sobre su historia, sobre su medio ambiente, sobre su botánica. Por otro lado hay que recalcar que la reserva La Llanada está sobretodo compuesta por un bosque altoandino de roble andino, que se trata de un bioma, un ecosistema que tan solo le queda un treinta por cien de su superficie original en Colombia, por lo tanto ya solo con este dato se pueden imaginar la importancia que supone dar a conocer este tipo de bosque, este tipo de ecosistema que más allá del roble en sí mismo pues esconde toda una biodiversidad de gran riqueza y única en Colombia y en el mundo”, aseguró el doctor Renau.
Paso a paso con mucho camino por recorrer
La interacción de la Universidad Industrial de Santander con la Universidad de Valencia es el resultado de un convenio marco que facilita la interacción de las dos instituciones en áreas de interés, como en este caso, la reserva natural La Llanada.
“Partimos de un proyecto de cooperación entre la Universidad de Valencia y la Universidad Industrial de Santander, afortunadamente tenemos un convenio marco que nos permite trabajar conjuntamente. Desde el primer momento vimos una gran disposición por parte de varios docentes de la Universidad Industrial de Santander, encabezados por el profesor Diego Suescún que ya lleva cuatro años trabajando”, aseveró el profesor Luis del Romero.
La UIS Sede Málaga, a través de los programas académicos de Ingeniería Forestal y Zootecnia, ha desarrollado investigaciones que buscan conocer la importancia de la reserva natural en materia de flora y de fauna, trabajos que pueden ser monitoreados a través de plataformas internacionales, como es el caso de ForestPlots.Net, donde se han encontrado especies que son nuevas para la ciencia.
“Desde que nosotros los profesores nos enteramos de esta reserva que está muy cerca del municipio de Málaga, a 40 minutos en carro, empezamos a pensar en muchas ideas, proyectos, en tesis de pregrado con los estudiantes. Tenemos 15 parcelas permanentes instaladas y registradas en la plataforma de Forestplots.net. Hoy en día tenemos alrededor de 10 tesis o proyectos de grado. Las tesis en la que se establecieron las parcelas permanentes, tenemos trabajos con epífitas, con mamíferos, con aves, en este momento estamos empezando un proyecto con mielato de roble y tenemos muchas otras ideas. También hemos trabajado con frailejón, hemos encontrado dos especies nuevas para la ciencia en La Llanada, entonces ya hemos realizado muchos proyectos y los compañeros de Zootecnia también han hecho proyectos con apicultura, ganadería sostenible y son cada vez más las ideas que surgen y los trabajos que queremos desarrollar en la reserva”, refiere Suescún.
Con el sustento del campesino en las áreas de reserva
La jornada contó con la participación de estudiantes, profesores e interesados en los procesos productivos y de protección, como es el caso de la Asociación Campesina Conviviendo con el Cóndor, Acamco, del Páramo el Almorzadero, quienes mostraron su satisfacción con el encuentro y declararon su interés por el desarrollo de proyectos en otras áreas naturales de la región.
La Llanada, una reserva natural por conocer
La reserva de la Sociedad Civil La Llanada, fue creada mediante la resolución 209 del 29 de diciembre de 2015 en áreas de bosques andinos (principalmente de roble, Quercus humboldtii) y en subpáramo asociado al Páramo del Almorzadero.
Actualmente, los bosques andinos se encuentran amenazados por el cambio climático y la expansión de la frontera agrícola y pecuaria, afectando negativamente servicios ambientales como la regulación hidrológica, captura de carbono y mantenimiento de la biodiversidad.
“Podemos destacar que la figura de Reserva Natural de la Sociedad Civil es propia de Latinoamérica y que evidentemente refleja esas intenciones de la sociedad civil de ser partícipe en la tarea de conservación. Al final dentro de la legislación también se reconoce que esto es una tarea de conservación voluntaria y quienes destinan sus predios a este uso o a la conservación como tal estrictamente dicho, es porque tienen una voluntad, porque tienen unas ganas de que las generaciones futuras puedan llegar a tener una sostenibilidad y puedan tener sus oportunidades”, dijo Sergio Iván Otero Fajardo, ambientólogo de la Universidad de Valencia e integrante de la familia propietaria de la reserva natural La Llanada.
Precisó que “hemos visto también que la figura, pese a suponer muchos beneficios, tiene una serie de inconvenientes que pueden hacer difícil esta tarea, especialmente porque el público al que va dirigido esta figura de protección es sobretodo el sector campesino, no porque sean ellos quienes lo demanden sino porque son los que tienen las tierras y evidentemente lo que hemos visto es que hay todavía muchos obstáculos, sobretodo lo referente al soporte técnico y el reconocimiento por las administraciones públicas, pero al final de las conclusiones que podemos extraer de todo este debate es que la unión hace la fuerza y quizá animando a las demás personas de la localidad a promover esta figura de protección”.