Para contribuir a la concientización sobre el consumo excesivo de sal/sodio y su impacto en la salud, UISALUD se une a la Semana de sensibilización sobre el consumo de sal, articulando acciones orientadas a contribuir a la disminución de la morbimortalidad atribuible a la hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular.
A través de un comunicado, el Ministerio de Salud y Protección Social dio a conocer la Estrategia Nacional de Reducción de Consumo de Sal/Sodio (ENRCS), orientada a disminuir la morbimortalidad atribuible a hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular en la población colombiana, mediante la reducción gradual del consumo de sal proveniente de las diferentes fuentes alimentarias.
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir menos de 5 gramos de sal por día, equivalente a 2g de sodio/día. Esta recomendación debe incluir la sal que se adiciona en la preparación de alimentos y el contenido de éste en los alimentos.
En Colombia, según los resultados del estudio de Powles (2013) el consumo de sal casi duplica esta recomendación, sobrepasando niveles de 9,7 gramos lo que equivale a 3,9 g de sodio / día, cantidad que casi triplica la recomendación de ingesta para un adulto de 1,5 g de sodio /día.
“Las personas estamos muy familiarizadas al consumo de sal. Es común escuchar: ‘eso está desabrido o soso’. Por los general, la población colombiana está acostumbrada a consumir altos niveles de sal y ese es un hábito que hay cambiar. Los daños que la sal y el sodio producen en el organismo son innumerables”, dijo Gonzalo Gómez Patiño, director de UISALUD.
Agregó que “existen muchas maneras de sazonar nuestras comidas. Por ejemplo podemos usar hierbas aromáticas, cebolla, ajo, limón, etc. El reto está en probar diversos sabores e irse habituando y disminuyendo el consumo de sal”.
Según el Ministerio, el alto consumo de sal/sodio no solo está relacionado con la hipertensión arterial, estudios también han encontrado relación con algunos tipos de cánceres (estómago y colón). Por estas razones se hace necesario definir estrategias que permitan a las personas tomar una decisión informada sobre su alimentación.
“Además de la sal que acostumbramos a ingerir en casa con la preparación de los alimentos, también hay que tener en cuenta la sal y el sodio que ya traen los alimentos comercializados en tiendas o supermercados. Posterior a la Resolución 2013 de 2020, dispuesta por el Ministerio, ya es común ver en los empaques un sello de tamaño promedio, donde nos informan si determinado alimentos es alto en sal/sodio. Debemos tener en cuentas todas estas recomendaciones”, precisó Gómez Patiño.
La Resolución del Ministerio tiene como objetivo, definir los contenidos máximos de sodio de 59 alimentos procesados priorizados en el marco de la Estrategia con el fin de contribuir a la reducción de la hipertensión arterial y de las enfermedades no transmisibles asociadas. Los 59 alimentos procesados priorizados pertenecen a las siguientes categorías: quesos, salsas y aderezos, cereales para el desayuno, panadería, galletería, snacks, sopas y bases deshidratadas, grasas y embutidos.
Las categorías descritas fueron establecidas de acuerdo con los siguientes criterios:
- Hábitos alimentarios.
- Frecuencia de consumo de alimentos que incrementan el nivel de ingesta de sal a partir de los datos obtenidos en las encuestas nacionales de alimentación y nutrición, tales como la ENSIN 2010.
- Contenido de sodio a partir de la información de las etiquetas nutricionales con la cual el consumidor toma la decisión de compra.
- Alimentos de alto consumo en grupos vulnerables de la población, especialmente los niños.
- Alimentos cuyo consumo es frecuente aun cuando su contenido de sodio por porción no es muy elevado (como el pan).
- Alimentos que se comercializan como ingredientes de productos premezclados utilizados por la industria de panificación para la elaboración de pan, productos horneados y las bases de sopa para restaurantes.
PDF Resolución 2013 de 2020: https://bit.ly/40rWhh9