El primero de marzo de 1948 marcó un antes y un después en la historia de la educación nacional. Ese día inició labores la Universidad Industrial de Santander, institución que a la fecha es una de las más destacadas por su calidad académica y crecimiento en diferentes áreas.
Luego de tres intentos realizados en los años cuarenta, la UIS fue creada por la Asamblea Departamental, según Ordenanza No. 30 del 9 de diciembre de 1947. Al año siguiente, el primero de marzo, dio comienzo oficial a las labores.
Bajo la gestión rectoral del ingeniero Nicanor Pinzón Neira, y con el concurso de tres profesores, la Universidad recibió a los primeros veinte estudiantes que ingresaron a cursar las carreras de Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química, dirigidas por Hernando Pardo Ordóñez, Alfonso Penagos Mantilla y Lelio Martínez Villalba, respectivamente.
Actualmente hay 45 programas de pregrado y 99 de posgrado, para un total de más de 22 mil estudiantes activos, distribuidos en las diferentes sedes que tiene la Universidad tanto en Santander, como en Colombia.
En 1957 llegó a la rectoría el ingeniero Rodolfo Low Maus, figura que atrajo el apoyo financiero de prestigiosas fundaciones norteamericanas, de Ecopetrol y de la Unesco, con lo cual se abrió el Instituto de Investigaciones Científicas. Al conmemorar la primera década existencia institucional, el número de estudiantes había ascendido a 675 y se encontraba en ejecución el plan maestro de construcción de los edificios del campus universitario.
Al comenzar la década de los sesenta, ya existían doce edificios ocupados por las facultades de ingeniería, por el Instituto de Investigaciones y por la Biblioteca. En el segundo quinquenio, la escuela de ingenierías dio paso a la auténtica universalidad de todas las ciencias y profesiones. La fusión con la Universidad Femenina trajo al campus a las mujeres que estudiaban Diseño Arquitectónico, Bacteriología, Fisioterapia y Nutrición, inscribiendo el punto de partida para la constitución de la facultad de profesiones de la salud.
“Lo más importante se resume en la formación del talento humano santandereano porque este año llegaremos a los 100 mil egresados, lo que nos ha permitido el desarrollo de la región. Cuando la UIS se crea, le apunta a la transformación de la industria, hemos apoyado en el sector salud, petroquímico, y nuestros graduados han trascendido a nivel regional, nacional e internacional. Igualmente como universidad se tiene la vocación de estar siempre disponible para cooperar con toda la sociedad santandereana en la búsqueda de soluciones para el desarrollo”, indicó Hernán Porras Díaz, rector UIS.
La década de los setenta estuvo definida por la ejecución de los diez programas del primer Plan de Desarrollo diseñado por la Oficina de Planeación, gracias a la financiación que se obtuvo a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante las siguientes administraciones rectorales la UIS ejecutó dicho plan y fueron construidos nuevos edificios, siendo el más notable el Auditorio Luis A. Calvo, el mejor y más importante escenario cultural del nororiente y uno de los mejores de su género en el país.
A finales de esa década la planta de profesores había aumentado de 276 a 433, la matrícula pasaba de 2 664 a 4 547 estudiantes, la oferta de carreras profesionales llegaba a 23, las construcciones alcanzaban los 46 189 metros cuadrados y la colección de la Biblioteca ascendía a 55 000 volúmenes.
La década de los ochenta se inició con el marco de acción establecido por el Decreto Ley 80 de 1980, que obligó una nueva reforma administrativa y la ampliación del espectro de los programas profesionales. Surgieron así las carreras de Geología (1982), Física (1983), Diseño Industrial (1985), Música (1985) e Historia (1987)
En los noventa, el crecimiento de los programas profesionales desbordó el esquema administrativo de los departamentos, motivo por el que se adoptó el régimen de las escuelas, intentando con ello centralizar los servicios de enseñanza, de investigación y de extensión en unidades temáticas especializadas, consolidadas desde entonces como las células básicas de la Universidad.
En la actualidad la Universidad Industrial de Santander persiste como una institución educativa que proyecta el quehacer a partir de un conjunto de valores y principios orientadores de todas las funciones misionales.