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Julio Álvarez Cerón, un testimonio de gratitud de la Universidad Industrial de Santander

Primer plano del busto de Julio Álvarez Cerón

Frecuentemente, los estudiantes y demás miembros que conforman la comunidad de la Universidad Industrial de Santander, tanto como los visitantes, recorren el campus sin detenerse a apreciar los detalles que adornan sus instalaciones. Uno de estos elementos es el emblemático busto de Julio Álvarez Cerón, una escultura cargada de significado histórico que, aunque se encuentra a solo unos pasos de la Biblioteca central, muchas veces pasa inadvertida para quienes transitan por sus alrededores. Solo llama la atención cuando casualmente un petirrojo se posa sobre su cabeza para deleite de los fotógrafos de ocasión.

A diario, cientos de ojos pasan sobre esta figura sin percatarse de la importancia que ella representa: un hombre cuyo legado fue decisivo para la creación y desarrollo de la Universidad Industrial de Santander. Detrás de ese rostro tallado en bronce se encuentra la memoria de quien, desde su llegada a Colombia como exiliado republicano, dedicó su vida a la transformación educativa y técnica del departamento de Santander. ¿Quién fue Julio Álvarez Cerón y por qué su contribución sigue viva en la UIS, décadas después? Nos lo explica y aclara el historiador y profesor UIS Álvaro Acevedo Tarazona.

Álvarez Cerón (1889-1968), un ingeniero industrial de origen español, llegó a Colombia tras el triunfo del Franquismo en la Guerra Civil Española. Su formación en balística y administración en reconocidas instituciones europeas, como la Escuela Técnica Profesional de Segovia y la Escuela Superior de Administración de París, le dotó de una preparación intelectual que permitió que la educación técnica industrial floreciera en Santander. Su llegada fue un faro de progreso para la región, trayendo consigo un nuevo enfoque educativo basado en las necesidades técnicas del siglo XX.

Aspecto del busto en las inmediaciones de los laguitos

En 1941, Álvarez Cerón asumió la rectoría del Instituto Técnico Dámaso Zapata –institución precursora de la UIS. Unos años después, trazó las bases del primer estatuto orgánico que dio vida a la universidad en 1948, liderazgo que fue decisivo para la creación de la infraestructura educativa que hoy es un referente en la región. Su labor como rector y como profesor no solo moldeó los cimientos de lo que sería una de las universidades más importantes del país, sino que también dejó una huella indeleble en el sistema educativo colombiano. Además, fue catedrático de la Universidad Industrial de Santander durante 24 años y declarado «Rector Honorario» entre 1952 y 1956.

El busto de Álvarez Cerón, una obra que captura su semblante sereno y su espíritu visionario, es un recordatorio tangible de la gratitud que los santandereanos y la comunidad universitaria tienen hacia quien supo transformar el panorama educativo de la región​. Creado por el artista Rafael Prada Ardila para conmemorar los 30 años de la universidad, el busto es más que una simple escultura: es un tributo al legado de un hombre que entendió que el progreso de una sociedad depende de la educación.

Hito y placa de la Avenida julio Álvarez Cerón

Esta escultura está localizada al inicio de la vía correspondiente a la calle 7 de la ciudad de Bucaramanga, la cual lleva como nombre Julio Álvarez Cerón, tal como se aprecia en el hito o placa que lo indica, como un homenaje a este insigne gestor e impulsor de nuestra alma mater, cuya importancia pervive en la vida cotidiana del campus.

Aspecto actual de la Avenida Julio Álvarez Cerón.

Aspecto actual de la Avenida Julio Álvarez Cerón

El busto de Julio Álvarez Cerón estuvo prácticamente arrumado en la Biblioteca algunos años, hasta que fue rescatado, entre otros, por el maestro Ricardo Alipio Vargas, restaurado y puesto en su pedestal en el lugar que hoy ocupa con la ayuda de personal de Planta Física de la UIS.

Este busto es una invitación para que los estudiantes y demás miembros de la comunidad universitaria conozcan y revivan la historia y la memoria que habita en su campus y que hoy es patrimonio de la universidad. Conocer y honrar a figuras como Julio Álvarez Cerón no solo enriquece la comprensión del pasado de la UIS, sino que también inspira a las nuevas generaciones a valorar y continuar el legado de aquellos que construyeron las bases y visionaron su futuro.