El biólogo e investigador de la Universidad Industrial de Santander (UIS) Elson Meneses Pelayo, quien actualmente trabaja en articulación con la Fundación ProAves, acaba de redescubrir en territorio santandereano al primer individuo de la rana arborícola colombiana de Lynch (Hyloscirtus lynchi), una especie endémica y en peligro crítico de extinción, que fue vista por última vez hace 36 años.
Esta rana, que se consideraba extinta después de ser buscada por científicos en las últimas décadas, fue localizada por el investigador de la Escuela de Biología en una de las quebradas de la parte alta del municipio de Suratá, cerca al Páramo Monsalve.
Según la Fundación ProAves, esta especie habita entre los 2540 y 2700 m.s.n.m. en el km 37 de la vía que conduce de Bucaramanga al Páramo de Berlín, límite de los municipios de Tona y Piedecuesta, vertiente occidental de la cordillera Oriental. Se pensaba que había desaparecido de su hábitat natural, pero fue encontrada en una elevación más alta y fría, al parecer presionada por los efectos del cambio climático.
Este anfibio hace parte de un grupo de ranas del género Hyloscirtus llamado bogotensis, y es la única de su grupo por presentar un rostro agudo en vista dorsal y un color café uniforme con tintes lavanda. Fue clasificada por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN como especie En Peligro Crítico (CR) debido al avanzado deterioro de las cuencas hidrográficas y corredores ribereños.
La rana arbórea fue descubierta en Santander en el año 1986 por los profesores de la Universidad Nacional y el Instituto Ciencias Naturales, Pedro Ruiz y María Cristina Ardila. En 1991 fue publicado el artículo científico con su descripción y desde esa fecha no se tenía otro registro de su existencia. Su nombre científico fue dado en honor al profesor John D. Lynch, experto en anfibios de Colombia.
“Llevamos 9 meses haciendo un recorrido desde Piedecuesta hasta el norte de Santander, tratando de buscar en todos los sitios donde potencialmente por distribución y por lo poco que se conocía de esta especie endémica de Santander, consideramos que podría estar. Llegamos a esta zona porque hay unos procesos de liderazgo local que se están desarrollando para la conservación de los bosques, y en la primera noche nos llevamos esta gran sorpresa. Encontramos una población en estado saludable, hay varios individuos y la quebrada donde habita no está contaminada, lo que es una buena noticia porque son muy pocos los lugares donde puede estar”, argumentó el biólogo UIS.
El investigador Meneses y su equipo de trabajo permanecerán en la zona del registro para ampliar la información sobre la especie y estudiar su relación con el entorno y el ambiente del páramo. “Esta es una rana típica y exclusiva de quebradas, y una de las razones de su estado crítico de extinción se debe a la fuerte contaminación de las quebradas de Santander producto de la influencia minera”.
Según datos de la colección herpetológica del Museo de Historia Natural de la UIS, en Santander hay reportadas actualmente 115 especies de anfibios, de las cuales tres están catalogadas como críticamente amenazadas: Atelopus monohernandezi, Pristimantis spilogaster, Hyloscirtus lynchi. La rana arbórea se suma a esta importante lista que pone en alerta a las autoridades locales sobre la necesidad de generar estrategias oportunas que permitan conservar y proteger sus ecosistemas.