La empatía como la habilidad que promueve el aprendizaje social y emocional para comprender los sentimientos y situaciones de los demás, permitiendo ver las cosas desde la perspectiva del otro, fue el mensaje principal de la décimo primera sesión de la Cátedra Low Maus, ‘Empatía y conductas prosociales’.
En este espacio participó el Dispositivo de Base Comunitaria, encabezado por la doctora Martha Dallos, quien hizo una invitación y entrega del centro de escucha, realizado por el comité de la Política de Salud mental de la Universidad. Este es un espacio físico ubicado cerca de Bienestar campestre, cuya finalidad es brindar orientaciones en la atención primaria en factores de salud mental, centrado en la prevención y promoción, disminuyendo los niveles de riesgos. En en este espacio se contará con el apoyo de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales.
“Esto es crucial ya que ayuda a fomentar el bienestar físico y mental, que es la base para la construcción de la vida en comunidad de manera satisfactoria”, aseguró la doctora Dallos.
Así mismo, dicen los expertos, que la empatía también debe estar mediada por lo que cada persona puede comprender de los demás, pero a su vez, que los demás puedan comprender el mundo interior de las personas, es decir, establecer límites entre lo que se puede permitir, sin que seamos afectados de manera negativa.
La empatía, dicen, es una habilidad que se desarrolla desde la dimensión emocional y la dimensión cognoscitiva; es decir, que se le puede dar un concepto razonable para comprender a los demás. Esto está visto como un aspecto característicos de los humanos, quienes razonamos y pensamos detalladamente que las acciones propias pueden tener una incidencia significativa en los demás.
La doctora Dallos, señaló que las personas empáticas también desarrollan factores de protección emocional, pues tienen la habilidad de manejar de mejor forma las emociones, lo que facilita el relacionamiento con los demás, por lo general son generosos y se desarrollan como buenos negociadores comprendiendo las razones y sentimientos del otro.
En la sesión, también se enfatizó en los comportamientos prosociales como las habilidades indispensables para la convivencia social, para disminuir las conductas agresivas y promover las emociones positivas, mejorando la resiliencia y la calidad de vida de todas las personas en una comunidad, esto también ayuda al desempeño académico en los ámbitos escolares.
Por último, se invitó a los miembros de la comunidad educativa a aplicar estas acciones desde su entorno académico y social dentro de la universidad, tanto profesores, estudiantes, personal administrativo y todos el personal operativo, mediante el diálogo pacífico, el reconocimiento del otro y el respeto mutuo.