Un grupo de estudiantes del programa de Ingeniería Civil, de la asignatura de Hidráulica, visitó el Embalse del Río Tona, una de las instalaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (AMB), ubicado en la confluencia hidrológica de los ríos Tona y Suratá.
En el curso de Hidráulica, los estudiantes aplican conocimientos de ciencias básicas a la ingeniería civil, con el objetivo de comprender el movimiento del agua. La formación incluye teoría en el aula, experimentación en el laboratorio, y visitas técnicas como esta, donde pueden dimensionar y contextualizar los cálculos y análisis de fluidos a superficie libre en situaciones reales. Estas actividades permiten al estudiante relacionar su aprendizaje con el ejercicio profesional de un ingeniero, contrastando la teoría con la práctica.
Durante la visita, los estudiantes recorrieron la presa de 103 metros de altura, que almacena 17.6 millones de metros cúbicos de agua, y conocieron la planta de tratamiento, que tiene una capacidad de 1.200 litros por segundo, la línea de aducción de 3.8 kilómetros y la línea de conducción de 15 kilómetros hasta Girón. Esta infraestructura ha sido diseñada como reserva de agua potable para abastecer a Bucaramanga, Floridablanca y Girón hasta el año 2050.
El ingeniero Milton Quintero, del AMB, guió la visita y explicó a los estudiantes aspectos históricos, constructivos, técnicos y operacionales del Embalse de Regulación del Río Tona y de la planta de potabilización Rafael Ardila Duarte. Los estudiantes también observaron diversas estructuras hidráulicas, como obras de captación, canales, vertederos de tipo “morning glory”, sedimentadores y filtros. Además, pudieron ver de cerca la presa de enrocado con cara de concreto, de 106 metros de altura, entre otras estructuras de contención y estabilidad.
Estas salidas técnicas son una estrategia de aprendizaje que permite a los estudiantes ver la profesión en acción y conectar el aula con el ejercicio profesional. Facilitan un acercamiento temprano a la práctica de la ingeniería, promoviendo la comprensión del entorno y la identificación de necesidades y problemáticas del territorio. Además, ofrecen una experiencia de aprendizaje en un ambiente dinámico, donde conceptos abstractos pueden ser observados en acción, estimulando la creatividad, el pensamiento crítico y la capacidad de adaptación, todas competencias clave para su futura labor como ingenieros.