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¿Cómo educar las emociones?, la enseñanza de la Cátedra Salud y Sociedad

Una nueva sesión en torno a la temática de educación de las emociones, denominada ¿Cómo educar las emociones? se realizó recientemente en la sesión de la Cátedra Salud y Sociedad, que en esta oportunidad estuvo a cargo de Diana Restrepo Bernal, médica, especialista en Psiquiatría de Enlace y magíster en Epidemiología.

«Las emociones son estados de ánimo codificados por circuitos neuronales que activan ciertas áreas del cerebro y se reflejan en cambios neurovegetativos, conductas o acciones, causados por estímulos internos o externos como experiencias, impresiones o memorias», explicó Restrepo Bernal. El primer paso hacia la conciencia emocional es aprender a identificar y describir cómo se siente y por qué, para adquirir mayor control sobre qué desencadena sus emociones y cómo responde a ellas.

Restrepo Bernal habló sobre El atlas de las emociones, un método desarrollado por el Dalái Lama y el psicólogo Paul Ekma, con base en un estudio psicológico de sociedades de diferentes culturas y países en los años 50, con el propósito de cultivar una mente en calma. Este atlas es una herramienta interactiva disponible para todo el público, sin importar dónde o cómo fue criado, y busca enriquecer el vocabulario de las cinco emociones universales que los humanos comparten: miedo, gozo, tristeza, desagrado y enojo.

De acuerdo con la profesional, estas son las definiciones, características y ejemplos de estas cinco emociones universales:

  • Los estados de miedo son desencadenados por una sensación ante amenazas de daño, permitiéndonos prever peligros a nuestra seguridad.
  • Los estados de gozo o alegría están desencadenados por una sensación de conexión y placer sensorial, describiendo los buenos sentimientos que surgen de experiencias tanto novedosas como ya conocidas.
  • Los estados de tristeza son desencadenados por una sensación de pérdida y son necesarios para hacer una pausa y mostrar a otros que necesitamos apoyo.
  • Los estados de desagrado o disgusto son desencadenados por la sensación de que algo es tóxico y busca evitar ser envenenados física o socialmente.
  • Los estados de enojo son desencadenados por una sensación de estar bloqueados en nuestro progreso cuando algo nos impide seguir o pensamos que estamos recibiendo un trato injusto.

Por otra parte, explicó que existen siete pilares básicos de las emociones:

1. Sirven para defendernos, ya que movilizan la conducta consciente e inconsciente generando una atracción o repulsión.

2. Hacen que las respuestas del organismo sean polivalentes y flexibles, por esto los mamíferos hemos tenido un gran éxito evolutivo.

3. Activan muchos sistemas cerebrales como el reticular, tensional, sensorial, motor, endocrino, metabólico, cardiovascular y respiratorio.

4. Mantienen la curiosidad, la cuál es una habilidad indispensable para vivir, recordando que permitió al hombre prehistórico salir de la cueva.

5. Son un lenguaje rápido, efectivo e inequívoco, por ejemplo, un detector de mentiras funciona con base en las emociones expresadas.

6. Sirven para almacenar y evocar memorias de manera efectiva.

7. Son fundamentales en los procesos de razonamiento rápidos.

De acuerdo con un modelo de inteligencia emocional de la Universidad de Barcelona, estos pilares hacen parte de cuatro bloques fundamentales: la percepción, la facilitación, la comprensión y la regulación. Es importante reconocer las emociones que está sintiendo el ser humano; por ejemplo, puede tener rabia, pero lo confunde con tristeza, y el problema es que ese autoengaño hace que se convierta en un comportamiento normal. Por ende, es necesario desarrollar la capacidad de identificar, valorar y expresar las emociones, para aprender a regularlas y así evitar comportamientos compulsivos que se alejen del bienestar emocional y la felicidad. En consecuencia, el bienestar emocional se alcanza cuando se fomenta la tolerancia a la frustración, la automotivación, la fluidez y las habilidades positivas. 

En los últimos años han aumentado las publicaciones sobre inteligencia emocional, indicando que la sociedad está revolucionando en el aprendizaje sobre las emociones para ayudar al manejo de la vida cotidiana, ya que sistemáticamente han sido descuidadas e invisibilizadas, dejándolas en un segundo plano.

Se ha demostrado que el éxito de las personas a nivel profesional depende 23% de las capacidades intelectuales y 77% de actitudes emocionales, recuerda Restrepo Bernal. Adicionalmente, el cuidado de las emociones debe empezar desde la gestación del bebé, entendido que la madre tiene un impacto directo en su salud física y mental.

Así como se puede entrenar el cuerpo físicamente y prepararlo para estar en óptimas condiciones, también se puede entrenar la mente. Para ello, la profesional recomendó a los estudiantes practicar las siguientes técnicas que ayudan a la regulación emocional: diálogo interno, control del estrés, autoafirmaciones positivas, autoconocimiento, reestructuración cognitiva, imaginación, atribución causal, técnicas contemplativas (meditación y yoga), respiración consciente (para controlar emociones fuertes), actitudes prosociales (el cambio del mundo inicia en mi), empatía, una receta emocional con los ingredientes que escogería para definirse o definir a otro, y encontrar un rincón de paz para reflexionar, respirar, focalizar la atención y bajar los estados emocionales negativos.