La sesión a cargo de la doctora Victoria Pérez Restrepo, médico especialista en Psiquiatría Clínica y Trastornos Alimentarios, quién es autora del libro Por lo que un día fui para ti; se desarrolló en torno a la temática de adicciones a la comida rica en carbohidratos y ultraprocesados.
“En general hay muchas definiciones de adicción pero a mi la que más me gusta, es la más sencilla y es: Todo aquello que hacemos y continuamos haciendo a pesar de que sabemos que nos hace daño“, explicó la Dra. Victoria. Se dice entonces que una adicción también puede ser una tendencia compulsiva, de consumir una sustancia o de realizar una actividad, sabiendo que se tendrán unas consecuencias negativas, dentro de las que se pueden encontrar la dependencia o necesidad.
Aquí es donde entran los alimentos ultraprocesados y cómo, a su vez, estos llevan a que el cuerpo se acostumbre y cada vez aumente los requerimientos de estos mismos para obtener el beneficio placentero que claramente con el transcurrir del tiempo ya no será suficiente.
Otro punto importante del que se habló, fue la definición y diferencia entre la necesidad física de alimentarse y aquel “apetito emocional” que llega a generar síntomas patológicos de no ser corregido. Para la doctora, este tipo de deseo efusivo por la comida genera un apego individuo-alimento que, lejos de ser saludable, incrementa las ansias de ingerirlo constantemente.
Las diferencias principales entre la necesidad y el apego emocional a la comida son variadas: Cuando el cuerpo necesita energía, en la mayoría de los casos se da una sensación en el estómago y no importará el tipo de comida que se consuma, siempre y cuando se obtenga el requerimiento nutricional y energético necesario; no se estará pensando únicamente en un tipo específico de alimento que se quiera consumir y, luego de comer, el apetito disminuirá o desaparecerá. Al contrario, cuando se presenta el “hambre emocional”, la persona siempre estará pensando en un tipo de alimento procesado específico (bajo en nutrientes) que desea y que le hace sentirse bien; cuando lo consume, se sentirá a gusto, pero nunca satisfecho, y siempre buscará consumir más cantidad del mismo cuando se de una nueva oportunidad.
Como conclusión, la Dra. Pérez recalcó la importancia de hablar y reflexionar frente a las adicciones a los alimentos que consumimos, y dio unas pautas para tratar el apego por necesidad de los mismos: cuando se sienta la necesidad y ansias de comer hay que intentar distraerse con actividades creativas como el arte, deporte, música o algo que nos guste y motive. Hay que dormir bien para poder tener una buena administración diaria de energía en nuestro cuerpo, y no sentir un pico de ansiedad por necesidad de esta; hay que manejar el estrés y las emociones negativas intensas, que propician el consumo excesivo de alimentos procesados.