En los tiempos presentes, la sensibilidad ciudadana ha adquirido mayor fortaleza contra los actos genocidas cometidos en el mundo hasta el punto de reconocer al genocidio como un crimen. No ha sido un camino fácil, son numerosas las víctimas a lo largo y ancho del mundo e incontables las luchas sociales que asumieron la tarea de reivindicar su memoria, encontrar la verdad, judicializar a los responsables y contribuir a la construcción de un andamiaje institucional que esté comprometido con la prevención de los actos genocidas. Proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015, el 9 de diciembre termina por ser para un país como Colombia un recordatorio del deber colectivo en el reconocimiento de nuestra situación y la lucha contra el olvido de los casos de genocidio identificados hasta ahora, aquellos que todavía están en vilo y otros cuya naturaleza recuerdan las prácticas genocidas.
Entre dichos casos, están el Genocidio de la Unión Patriótica, cometido entre 1984 y 2007, compuesto por un abanico lleno de asesinatos, desapariciones forzadas, torturas y exilios contra una expresión política ciudadana de izquierda electoral. Fue estudiado tanto por la JEP como por el Centro Nacional de Memoria Histórica, este último bajo un título que refleja la angustia por la bajeza ética con que la población colombiana tomó lo sucedido: todo pasó frente a nuestros ojos. Perpetrado por grupos narcotraficantes, miembros del Ejército, paramilitares y sectores empresariales y en un contexto de alta estigmatización e intolerancia, alcanzó una estadística elevada. Según la JEP, tiene un saldo aproximado de 5.733 víctimas, 4.616 sufrieron homicidio, 1.117 desaparición forzada y 2.217 quedaron reportadas por desplazamiento forzado. El caso 06, encargado de encontrar a los responsables del genocidio descrito y de reparar a sus víctimas, en compañía de otras instituciones, sólo fue abierto hasta el 2019. El 30 de enero de 2023, en un fallo histórico de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, terminó por condenarse al Estado colombiano por el exterminio de la Unión Patriótica dadas las múltiples violaciones a los Derechos Humanos.
Este y otros más, como el actual exterminio del liderazgo social en Colombia, de los defensores de Derechos Humanos y del medio ambiente, así como de los firmantes de paz del Acuerdo de la Habana de 2016, que roza según cifras de Indepaz más del millar de víctimas en 7 años, componen el preocupante panorama en Colombia que nos interpela a actuar en todos los escenarios posibles.